Algunas veces, los convertimos en experiencias que nos van a servir en situaciones próximas de nuestra vida.
En otras ocasiones, preferimos olvidarnos y no pensar en ellos.
Simplemente, a veces esos recuerdos se convierten en pura melancolía o nostalgia.
Esa clase de recuerdos en los que cada vez que piensas en ellos te hacen sonreír, no se deben olvidar nunca, ya que en situaciones malas o de menos agrado, los podremos recordar para sentirnos mejor.
Nuestro primer verano en amigos, nuestro primer amor, nuestros objetivos o sueños cumplidos no se deben olvidar.
Son nuestra excusa para poner al mal tiempo, buena cara.
+ Ahora es el momento.
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