Hay días en los que la vida se llena de porqués, la esperanza se preocupa por quererlos resolver; desconfías de la gente, del amor, y piensas que no es posible que se sufra más que tú. Esos días tú te rindes al mundo en torno a tí, para no sentir el miedo del valor que no se ve, y te sientes tan perdida que ya no puedes más, sin la fuerza que te da la vida.
Busca una salida, un mañana que cure las heridas que hay dentro de tí; lucha por vivir, con ese valor que no se ve. Equivocarse nunca importa, vuélvelo a intentar; si una puerta se te cierra, otra puerta se abrirá. Lo que en realidad importa es no renunciar jamás, pues tal vez estés a un solo paso.
Por todos ellos, échale valor; por quien lo pierde y lo va buscando,
por los que se sienten tan mal como tú, por esos que esperan sin desesperar, como tú .
• La llave de la felicidad es tener sueños
• La clave para el éxito es convertirlos en realidad.
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